«Due Diligence» o Diligencia debida en la adquisición de empresas

El término «diligencia debida» en la adquisición de empresas es una traducción literal del inglés «due diligence» y se identifica como la investigación que se realiza de una empresa que se va a adquirir.

Este proceso es de vital importancia para minimizar los riesgos y entender la empresa que se está comprando; de ahí que deban ser especialistas que entiendan el negocio y sepan donde mirar los que comprueben que se está adquiriendo una compañía de calidad y sin datos ocultos.

Una Due Diligence no se parece a una auditoría, puesto que no existe normativa legal o reglas que indiquen cómo realizarla; si no que se debe ajustar a las necesidades del proceso de compra en función del tamaño y la complejidad del negocio a adquirir.

Actualmente es usual no realizar una Due Diligence completa, si no centrar la investigación en áreas concretas del negocio, sobre todo en las partes fiscal y laboral, para buscar posibles contingencias.

Sin embargo, a nuestro entender, es muy conveniente realizar una Due Diligence dividida en cuatro grandes bloques:

  1. Due Diligence financiero, para comprobar la concordancia de las cifras de la empresa con los ratios financieros de su sector y posicionarla en su actividad y su nicho de mercado.
  2. Due Diligence legal y fiscal, para asegurarnos de que todos los asuntos legales concernientes a la adquisición están bajo control: contratos públicos, acuerdos o contratos ocultos, estatus de la sociedad, personas físicas o jurídicas implicadas, litigios pendientes de resolución o cualquier clase de pasivo que pudiera ser exigido a la empresa, son algunos de los temas de los que nos ocupamos. Esta es nuestra aportación a la Due Diligence; sin olvidarnos también de que debemos indagar en el aspecto fiscal para evitar sorpresas desagrabables en el futuro, sobre todo en lo que respecta a la materia impositiva.
  3. Due Diligence de recursos humanos. La parte humana es, probablemente, la esencial de cualquier empresa y uno de los puntos negros de las fusiones. De hecho es en el que más fracasan las empresas a la hora de gestionar la integración de los dos capitales humanos que van a mezclarse después de la adquisición.
  4. Due Diligence operacional es esencial para completar la información financiero – contable con datos sobre las operaciones corporativas. Además de tratar sobre los sistemas de producción, logística y administrativos del negocio aporta la visión del potencial de mejora de la empresa y las posibles sinergias con la empresa compradora, puediendo establecer planes de negocio conjuntos y una operativa futura complementaria y mejorada.